Hoy reflexionaremos sobre los
espacios educativos innovadores.
Hablaremos, en primer lugar, del
colegio público Amara Berri, donde la escuela es concebida como un
lugar de crecimiento y donde se respecta muchísimo el ritmo
individual del alumnado. Para todas las personas que conforman este
centro público, la educación es un bien común y se crece desde el
punto de vista de uno mismo pero también con los demás, es decir,
conjuntamente. El trabajo personal e individual es importante y
fundamental pero la socialización es algo que también tienen muy en
cuenta. Las competencias afectivas, sociales o mismo el hecho de
ponerse en el lugar del otro, son algunas de las cosas que se
trabajan en dicho centro.
Otra cosa que me gusta mucho de
este espacio educativo innovador es la manera en la que tratan la
integración. El alumnado no solo forma parte de la escuela, sino que
ES parte de la escuela. Son muy conscientes de que están trabajando
con los adultos del futuro así que para eso, se debe educar muy bien
a los alumnos del presente.
La distribución de las aulas
también es muy curiosa, pero si algo hay que tener en cuenta es la
idea de aprender haciendo y en diferentes contextos, tanto de manera
individual como haciendo juntos muchas cosas.
En el vídeo que adjuntaremos a
continuación, se ve claramente cómo el alumnado asume también
ciertas responsabilidades como encargarse del servicio de préstamo
de la biblioteca. Y mismo ahí están aprendiendo. El alumnado no
deja de aprender sea cual sea la situación.
Para ellos, la escuela es el
reflejo de la vida real así que, el juego es fundamental, porque lo
que hace el alumnado jugando no es más que imitar el mundo adulto y
jugando aprenden. Además, debemos ser conscientes de que el alumnado
que tenemos ahora mismo en las aulas, no es el mismo que el de hace
10 o 20 años. Hay cosas que se han ido transformando y es por eso
por lo que debemos ser flexibles y estar muy al día de lo que sucede
en el siglo en el que nos encontramos.
Dentro de este proyecto de
crecimiento personal y grupal, nos encontramos además con el hecho
de que los grupos son de edades mezcladas, con conocimientos y
experiencias diversas, lo cual beneficia a todos, al fin y al cabo.
Todo esto dentro de un desarrollo global y armónico.
En el centro Amara Berri no
programan por materias, sino a través de actividades y juegos donde
las materias se interrelacionan entre sí. La personalidad, las
relaciones sociales o los conocimientos interdisciplinares entre las
materias son fundamentales. Y todo ello conforma el currículo.
En lo que respecta a la
diversidad del aula, en este centro se apuesta por la diversidad y
son muy conscientes de que todos no somos iguales y que cada uno
tenemos nuestro ritmo. Aquí la diferencia no es un factor
discriminatorio, sino una cualidad.La verdad es que, como alumna que
he sido hasta hace nada, y habiendo vivido lo que viví, esta
concepción de la educación me parece súper atractiva e importante.
Tenemos que ser conscientes, como docentes, ya sea de lenguas o de
cualquier otra materia, que una educación diferente SÍ es posible.
Se puede trabajar de otra manera y el mejor ejemplo lo tenemos en
este centro y con este sistema. Todo un ejemplo a seguir, sin duda
alguna. Dejemos a un lado esas clases magistrales tan sumamente
aburridas y pongámonos a hacer algo distinto. Algo que sí vaya
acorde con el siglo en el que vivimos.
¡Pincha aquí para ver más sobre este proyecto!
En segundo y último lugar, hablaremos de la experiencia innovadora que llevan a cabo en el colegio concertado Verdemar, en Santander, con el tema de las cooperativas escolares, basadas en el aprendizaje constructivo y centradas en los intereses de los alumnos. De nuevo, los verdaderos y únicos protagonistas.
¡Pincha aquí para saber más de este proyecto!
¡Pincha aquí para ver más sobre este proyecto!
En segundo y último lugar, hablaremos de la experiencia innovadora que llevan a cabo en el colegio concertado Verdemar, en Santander, con el tema de las cooperativas escolares, basadas en el aprendizaje constructivo y centradas en los intereses de los alumnos. De nuevo, los verdaderos y únicos protagonistas.
En este centro concertado, se
imparten enseñanzas desde infantil hasta secundaria y su modelo
pedagógico está basado en la cooperativa de enseñanza. La escuela,
como en el caso anterior, sigue estando ligada a la sociedad actual,
a la vida real. Es una escuela emancipadora y en ella se trabajan los
diferentes valores y elementos transversales, como el cooperativismo
o la educación ambiental, por ejemplo.
Hasta 3º de la ESO, lo que
hacen en este centro es formar mini empresas de producción. El
alumnado hace diferentes productos y a final de curso, lo que hacen
es poner todo a la venta en un mercadillo cooperativo. Los beneficios
(previamente consensuados entre todos), son donados a determinadas
ONG. A partir de 3º de la ESO, las mini empresas pasan a ser de
servicios y entre las actividades que realizan están las carreras
solidarias o las fotodenuncias, por ejemplo.
Con este sistema de cooperativas
escolares, los alumnos y alumnas aprender a ser solidarios/as,
aprenden a trabajar en grupo (trabajar con personas que piensan
diferente y llegan a diferentes acuerdos,etc.), aprenden también el
verdadero significado de la palabra “empatía” y a ponerse en el
lugar del otro. Algo fundamental, sin duda.
Todos los contenidos de las
diferentes materias son puestos en práctica. A los alumnos y alumnas
de este centro se les enseña cómo aplicar todo lo que están
aprendiendo en la vida real, lo cual es francamente importante. El
profesorado escucha activamente a los alumnos y los hace
protagonistas, al mismo tiempo que mejores personas. Lo que hacen es
inculcarles herramientas y valores desde niños para que aprendan a
luchar por un futuro mejor. Pero no solo los profesores y profesoras
tienen responsabilidades. También los padres y madres deben
implicarse en este proyecto educativo y predicar con el ejemplo, no
dejar únicamente a sus hijos en la puerta del colegio. Predicar con
el ejemplo es realmente importante aquí, porque diciéndoles las
cosas solamente, no se consigue nada. El mensaje no va a llegar. Por
lo tanto, tanto profesorado como progenitores deben dotar a estos
chicos y chicas de herramientas para que puedan ser felices.
A título personal, me parece
una idea igual de interesante que la anterior, y el hecho de
inculcarles desde muy pequeñitos el tema del cooperativismo puede
ser súper beneficioso para el futuro que les aguarda. La escuela no
debe estar, bajo ningún concepto, cerrada al mundo exterior. Y si no
se disfruta del aprendizaje, éste no existirá. El aprendizaje
profundo tiene que ver con el interés. Con la educación, estamos
poniendo muchas cosas en juego así que, debemos tomárnoslo muy en
serio como docentes. El niño aprende con el entorno, con lo que le
rodea, no gracias a un currículo o a una programación. La escucha
activa de la que hablábamos anteriormente, también es fundamental.
Los niños y adolescentes tienen mucho que decir: ¡escuchemos lo que
tienen que decir! Y es muy importante también el hecho de no
desvincularse de la realidad del alumnado. La escuela debe estar
vinculada a las familias, sino no habrá proyecto.
Experiencias como la del centro
Verdemar, nos demuestra, una vez más, que la educación es algo vivo
y, con su ejemplo, somos conscientes nuevamente de que las cosas
pueden ser diferentes y se pueden hacer de otra manera (mejor). El
mundo está en constante movimiento y la educación que nosotros
recibimos, probablemente ya no sirva para el alumnado que tenemos hoy
en las aulas. La educación no puede ser aburrida, pero claro, para
eso se necesita, en definitiva, voluntad. Pero voluntad por parte de
todos: comunidad educativa, padres y madres, etc.
¡Pincha aquí para saber más de este proyecto!