lunes, 24 de febrero de 2020

Reflexionando sobre espacios educativos innovadores

Hoy reflexionaremos sobre los espacios educativos innovadores.
Hablaremos, en primer lugar, del colegio público Amara Berri, donde la escuela es concebida como un lugar de crecimiento y donde se respecta muchísimo el ritmo individual del alumnado. Para todas las personas que conforman este centro público, la educación es un bien común y se crece desde el punto de vista de uno mismo pero también con los demás, es decir, conjuntamente. El trabajo personal e individual es importante y fundamental pero la socialización es algo que también tienen muy en cuenta. Las competencias afectivas, sociales o mismo el hecho de ponerse en el lugar del otro, son algunas de las cosas que se trabajan en dicho centro.
Otra cosa que me gusta mucho de este espacio educativo innovador es la manera en la que tratan la integración. El alumnado no solo forma parte de la escuela, sino que ES parte de la escuela. Son muy conscientes de que están trabajando con los adultos del futuro así que para eso, se debe educar muy bien a los alumnos del presente.
La distribución de las aulas también es muy curiosa, pero si algo hay que tener en cuenta es la idea de aprender haciendo y en diferentes contextos, tanto de manera individual como haciendo juntos muchas cosas.
En el vídeo que adjuntaremos a continuación, se ve claramente cómo el alumnado asume también ciertas responsabilidades como encargarse del servicio de préstamo de la biblioteca. Y mismo ahí están aprendiendo. El alumnado no deja de aprender sea cual sea la situación.
Para ellos, la escuela es el reflejo de la vida real así que, el juego es fundamental, porque lo que hace el alumnado jugando no es más que imitar el mundo adulto y jugando aprenden. Además, debemos ser conscientes de que el alumnado que tenemos ahora mismo en las aulas, no es el mismo que el de hace 10 o 20 años. Hay cosas que se han ido transformando y es por eso por lo que debemos ser flexibles y estar muy al día de lo que sucede en el siglo en el que nos encontramos.
Dentro de este proyecto de crecimiento personal y grupal, nos encontramos además con el hecho de que los grupos son de edades mezcladas, con conocimientos y experiencias diversas, lo cual beneficia a todos, al fin y al cabo. Todo esto dentro de un desarrollo global y armónico.
En el centro Amara Berri no programan por materias, sino a través de actividades y juegos donde las materias se interrelacionan entre sí. La personalidad, las relaciones sociales o los conocimientos interdisciplinares entre las materias son fundamentales. Y todo ello conforma el currículo.
En lo que respecta a la diversidad del aula, en este centro se apuesta por la diversidad y son muy conscientes de que todos no somos iguales y que cada uno tenemos nuestro ritmo. Aquí la diferencia no es un factor discriminatorio, sino una cualidad.La verdad es que, como alumna que he sido hasta hace nada, y habiendo vivido lo que viví, esta concepción de la educación me parece súper atractiva e importante. Tenemos que ser conscientes, como docentes, ya sea de lenguas o de cualquier otra materia, que una educación diferente SÍ es posible. Se puede trabajar de otra manera y el mejor ejemplo lo tenemos en este centro y con este sistema. Todo un ejemplo a seguir, sin duda alguna. Dejemos a un lado esas clases magistrales tan sumamente aburridas y pongámonos a hacer algo distinto. Algo que sí vaya acorde con el siglo en el que vivimos. 

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En segundo y último lugar, hablaremos de la experiencia innovadora que llevan a cabo en el colegio concertado Verdemar, en Santander, con el tema de las cooperativas escolares, basadas en el aprendizaje constructivo y centradas en los intereses de los alumnos. De nuevo, los verdaderos y únicos protagonistas.
En este centro concertado, se imparten enseñanzas desde infantil hasta secundaria y su modelo pedagógico está basado en la cooperativa de enseñanza. La escuela, como en el caso anterior, sigue estando ligada a la sociedad actual, a la vida real. Es una escuela emancipadora y en ella se trabajan los diferentes valores y elementos transversales, como el cooperativismo o la educación ambiental, por ejemplo.
Hasta 3º de la ESO, lo que hacen en este centro es formar mini empresas de producción. El alumnado hace diferentes productos y a final de curso, lo que hacen es poner todo a la venta en un mercadillo cooperativo. Los beneficios (previamente consensuados entre todos), son donados a determinadas ONG. A partir de 3º de la ESO, las mini empresas pasan a ser de servicios y entre las actividades que realizan están las carreras solidarias o las fotodenuncias, por ejemplo.
Con este sistema de cooperativas escolares, los alumnos y alumnas aprender a ser solidarios/as, aprenden a trabajar en grupo (trabajar con personas que piensan diferente y llegan a diferentes acuerdos,etc.), aprenden también el verdadero significado de la palabra “empatía” y a ponerse en el lugar del otro. Algo fundamental, sin duda.
Todos los contenidos de las diferentes materias son puestos en práctica. A los alumnos y alumnas de este centro se les enseña cómo aplicar todo lo que están aprendiendo en la vida real, lo cual es francamente importante. El profesorado escucha activamente a los alumnos y los hace protagonistas, al mismo tiempo que mejores personas. Lo que hacen es inculcarles herramientas y valores desde niños para que aprendan a luchar por un futuro mejor. Pero no solo los profesores y profesoras tienen responsabilidades. También los padres y madres deben implicarse en este proyecto educativo y predicar con el ejemplo, no dejar únicamente a sus hijos en la puerta del colegio. Predicar con el ejemplo es realmente importante aquí, porque diciéndoles las cosas solamente, no se consigue nada. El mensaje no va a llegar. Por lo tanto, tanto profesorado como progenitores deben dotar a estos chicos y chicas de herramientas para que puedan ser felices.
A título personal, me parece una idea igual de interesante que la anterior, y el hecho de inculcarles desde muy pequeñitos el tema del cooperativismo puede ser súper beneficioso para el futuro que les aguarda. La escuela no debe estar, bajo ningún concepto, cerrada al mundo exterior. Y si no se disfruta del aprendizaje, éste no existirá. El aprendizaje profundo tiene que ver con el interés. Con la educación, estamos poniendo muchas cosas en juego así que, debemos tomárnoslo muy en serio como docentes. El niño aprende con el entorno, con lo que le rodea, no gracias a un currículo o a una programación. La escucha activa de la que hablábamos anteriormente, también es fundamental. Los niños y adolescentes tienen mucho que decir: ¡escuchemos lo que tienen que decir! Y es muy importante también el hecho de no desvincularse de la realidad del alumnado. La escuela debe estar vinculada a las familias, sino no habrá proyecto.
Experiencias como la del centro Verdemar, nos demuestra, una vez más, que la educación es algo vivo y, con su ejemplo, somos conscientes nuevamente de que las cosas pueden ser diferentes y se pueden hacer de otra manera (mejor). El mundo está en constante movimiento y la educación que nosotros recibimos, probablemente ya no sirva para el alumnado que tenemos hoy en las aulas. La educación no puede ser aburrida, pero claro, para eso se necesita, en definitiva, voluntad. Pero voluntad por parte de todos: comunidad educativa, padres y madres, etc.

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